Desde el MOVIMIENTO NACIONAL REFORMISTA y las Juventudes Socialistas homenajeamos y conmmemoramos la gesta histórica que democratizó y transformó nuestras universidades en Argentina, Latinoamérica y el mundo.
La conmemoración de esta fecha no es puramente simbólica. Nos encontramos en una coyuntura política en donde la educación sigue en deterioro y los índices de llegada a los estudios de grado sigue siendo baja. Hoy sigue vigente el desafío que planteó la Reforma de concretar una Autonomía Universitaria, constantemente escatimada por los Gobiernos Nacionales en términos presupuestarios, y a la vez construir una Agenda Nacional consensuada en la que se coordinen los esfuerzos para que el Sistema Universitario sea estratégico en el desarrollo nacional.
Por otro lado, la actual Ley de Educación Superior sigue siendo la elaborada y aprobada a espaldas de la sociedad en el gobierno menemista. Seguiremos a la expectativa de que se cumpla la promesa del actual presidente de avanzar en el debate y tratamiento de una nueva LES, ya que en el 2008 escuchamos promesas similares, que quedaron inconclusas.
Si bien en el 2015 celebramos la modificación que imponía el carácter de bien público de la educación superior, y establecía concretamente la gratuidad de la enseñanza, también resaltamos que existieron profundas modificaciones que decidieron no realizarse (ni siquiera debatirse), fruto de una concepción política consistente en discutir «a libro cerrado».
Entendemos que UNA NUEVA LEY DE EDUCACIÓN SUPERIOR debe discutirse a fondo; en torno a sus alcances, a la discusión de la oferta pública y privada, al financiamiento y el rol de las tecnicaturas y carreras de corta duración, a la paridad estudiantil - docente en el cogobierno universitario, en fin, a tantos temas que atañen íntimamente a una concepción pública, masiva y de excelencia académica de la educación superior nacional.
Necesitamos que ese debate se dé de manera seria, amplia y responsable para poder proyectar lineamientos que eliminen definitivamente los resabios del neoliberalismo de nuestro sistema educativo, y construyan los cimientos de una necesaria SEGUNDA REFORMA UNIVERSITARIA, en un marco de profundo respeto a la autonomía institucional.
La Universidad pública argentina tiene una enorme responsabilidad en formar los profesionales de mañana y ampliar el horizonte de conocimiento, en uno de los pocos países que mantiene un sistema predominantemente público. El conocimiento es en el siglo XXI el capital primordial, causa de igualdad y desigualdad entre los países del mundo así como a lo interno de nuestras sociedades. En este contexto, el proyecto reformista debe contener todas las intenciones de cambio, de mejora, de perspectiva hacia una nueva construcción educativa posible.
A ese camino nos encontramos abocadxs.
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